Hay momentos escolares que me ponen reflexiva...los actos, por ejemplo.
Como hoy, que realizamos la tan esperada "Promesa a la bandera".
La Promesa de lealtad a la Bandera Nacional es un compromiso con la democracia, la participación y la convivencia desde la reafirmación de los valores de libertad, solidaridad e igualdad.
En las escuelas, el honor de tomar esa promesa, es de la máxima autoridad educativa.
Cada año que pasa, ese momento significativo y de gran importancia, representa hacer visible el momento en que un grupo de niños, "los más grandes de los chicos" se lanzan a vivir la vida escolar como " los más chicos de los grandes". Responsabilidades...autonomías...compromisos...
Sin embargo, este año se convirtió en un momento más especial aún.
Esta vez, la Promesa, no solo quebró mi voz. También puso a temblar mi corazón de maestra al mirarlos tan decididos, tan seguros, tan ilusionados y tan socialmente comprometidos ejerciendo la génesis de su ciudadanía.
Este año, escuchar sus voces prometiendo a nuestra Bandera pequeños grandes compromisos iluminó mi mirada al pensarlos en un futuro no tan lejano, construyendo un país mejor con lo mejor de cada uno de uds.
Verlos de pie en el patio que los ve reír, jugar y crecer...comprometiéndose "a aceptar solidariamente en sus diferencias a todos los que pueblan nuestro suelo" renovó mi propio compromiso con nuestra democracia.
Por ello, hoy, además de tomar la promesa, me sentí uno de uds; sentí necesidad de resignificar el sentido de prometer lealtad a la bandera y renovar mi compromiso de "construir la democracia que nos ennoblece y conquistar el conocimiento que nos libera."
Gracias, chicos, por hacer de cada uno de los actos de hoy, un momento tan movilizante.
Lo que vivimos en el patio de la escuela quedará para siempre en cada uno de los que escuchamos :
-Si, prometo.
¡Felicitaciones!
Mirna.
