El Himno Nacional Argentino fue compuesto durante el proceso independentista, en 1813, cuando las ideas referidas a la emancipación, a la patria, a los conceptos de nación y soberanía se imponían para ser discutidas entre los integrantes de las esferas políticas y sociales. Se trataba entonces de una época intensa que demandaba unificar criterios para consolidar un espíritu patriótico y que éste a su vez contribuyera a la liberación definitiva del pueblo argentino respecto del dominio político y económico de la Corona de España. Una de las posibles vías para lograr estos objetivos emancipatorios era incluir un símbolo patrio que identificara al pueblo argentino.
Ese año, luego de algunos intentos fallidos de poemas, el diputado Vicente López y Planes presentó una propuesta que resultó aclamada y unánimemente aprobada por los congresistas; como en intentos previos, se confió la musicalización de la letra a Blas Parera y el 11 de mayo de 1813 la obra fue sancionada como oficial. A partir de entonces, se desató una polémica en torno a la obra, pues era considerada demasiado extensa como para ser ejecutada en cada acto institucional o público.
El 30 de marzo de 1900 se decretó la ejecución parcial del himno, es decir, una versión en la que sólo se ejecuta la primera y última cuarteta y el coro.