jueves, 11 de septiembre de 2014

Día del Maestro

Remoloneamos un poco antes de levantarnos. Nos encontramos y nos reencontramos... Nos objetamos las caras de sueño, nos reprochamos el horario de llegada. Nos ubicamos. Ubicamos nuestras cosas. Decoramos el lugar como un modo de apropiárnoslo. Nos comentamos lo que olvidamos llevar y lo que llevamos inútilmente. Distribuimos las tareas: los varones, el asado... las mujeres, las ensaladas y las compras de lo que faltaba. Agrandamos el espacio y comenzamos... Nos reímos, gritamos, armamos desorden, cantamos,bailamos, jugamos, hicimos trampas, nos delatamos, perdimos, ganamos... Volvimos a las mesas, organizamos la tarde. Brindamos, tomamos mate, café, capuccino... Cortamos las tortas. Disfrutamos. La tarde fue cayendo y hubo que desandar lo andado. Tuvimos tiempo hasta para la solidaridad... Y con el lugar limpio como lo recibimos y una carcajada en los corazones, cada uno se dispuso a volver. Fuimos como alumnos en nuestro día.